jueves, 18 de abril de 2013

Como asesine a una mujer inocente

Ella no tenia la culpa, ella jamas me había hecho daño, ni siquiera conocía su apellido
solo la veía, sonriente, radiante, cada mañana cuando salia a cuidar mi jardín y ella el suyo, entonces cruzábamos una que otra palabra, pero jamas una charla seria.
Hasta que una noche mientras leía un libro de Poe y terminaba una taza de té, algo oscuro paso por mi mente, al principio me asuste pero luego sentí la necesidad de obedecer a mis pensamientos. Ella jamas me había hecho daño, la veía todos los días y sentía morbo por verla desesperarse, por oírla gritar.
Fui hasta su casa, había mucho viento esa noche, lleve una bolsa y una soga conmigo, y ocultándolas detrás de mi toque el timbre de su casa. Ese sonido agudo despertó algo en mi, me sorprendí al saber que no era miedo, sino ansiedad. Ella miro por la ventana antes de abrir, en ese momento le sonreí, como quien se alegra por ver a alguien, fue cuando la puerta se abrió y ella radiante, sonriente, apareció frente a mi.
Lo único que le dije fue -hola- para después ponerle esa bolsa en la cabeza y abalanzarme sobre ella, Pataleaba, se retorcía, intentaba gritar, pero yo era mas fuerte que ella y mi mano cubría su boca.
Esta era mi noche, mi vda era absurda, monótona, sin sentido, sin riesgos, ella no tenia la culpa... la culpa la tenia yo por dejarme caer en la rutina, pero esta noche, esta noche yo era el lobo buscando a su presa, yo era la serpiente estrangulando al débil, yo era el demonio que toca a tu puerta para arrancarte los ojos.
Arrastre a la chica hasta mi casa, no me importo que ella estuviese en pijamas, no me importa que se rasparan sus rodillas, seguia tratando de zafarse pero su fuerza era muy poca, entonces cuando estuvimos dentro la arroje sobre una silla, intento gritar, pero le di una fuerte bofetada que la dejo estúpida.
La ate de pies y manos para luego quitarle la bolsa, sus ojos estaban llenos de lágrimas, sus labios temblaban y sangraban por el golpe que le di, cubrí su boca para que se callara, busque un cuchillo, al verme empezó a intentar zafarse de nuevo pero era en vano, me senté frente a ella, deje el cuchillo sobre la mesa y le dije
-Voy a destaparte la boca, si gritas pienso cortarte un dedo ¿ok?-
Ella asintió con la cabeza, entonces lentamente le descubrí los labios, empezó con las preguntas ''¿que queres de mi? ¿que me vas a hacer?'' pero yo no le respondí, solo la mire y le sonreí.
Volví a cubrirle la boca, y busque en mi bolsillo una llave, la deslice firmemente por su piel y esta empezó a sangrar, se le caían las lágrimas del dolor, pero no era suficiente para mi, eso no era desesperación ¡eso era absurdo! volví a destapar su boca y  dijo ''por favor no me hagas nada, si pensas violarme te juro que no le voy a decir a nadie pero no me hagas nada mas''  Le di varios puñetazos en el rostro, le rompí la nariz y ella comenzo a ahogarse con su sangre, a toser y escupirla en el suelo.
Entonces cubrí su boca, y tome en mis manos el cuchillo, ella no dejaba de llorar, la primera puñalada fue en la pierna, lloraba de dolor. Me levante de la silla salí a fumar un cigarrillo, volví a entrar y en menos de un minuto la había apuñalado dos veces mas, me quede mirándola desangrarse en una silla de mierda.
Cuando pareció no tener mucha mas fuerza le destape la boca y dijo débilmente
¿por que? ¿hice algo mal?
-No, yo hice algo mal-
¿que?
-Vivir una vida que no quería y pensar que lastimar a alguien inocente me haría sentir mejor conmigo mismo-
-yo..- se ahogo y empezaba a quedarse sin aire, no podia terminar lo que quería decir
-¿QUE IBAS A DECIR?- me desespere
-yo... solo quería conocerte-
-¡¡¿cuidar tu jardín era solo una excusa?!!- perdí la calma, mi respiracion se volvió mas profunda y rápida
-si...-  cerro sus ojos.
Me levante lo mas rápido que pude, con los ojos llenos de lágrimas, trate de despertarla, sentí su pulso, pero fue demasiado tarde, estaba muerta, yo la había matado y ese deseo de verla desesperada y llorando se había vuelto en mi contra porque estaba llorando como jamas había llorado, y desesperado en el suelo de rodillas ante su cadáver. Esa noche mi mente fue el lobo y yo una simple presa, esa noche las serpientes me estrangularon y el demonio toco mi puerta para arrancarme los ojos.

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