martes, 11 de junio de 2013

El escritor (2013)

Todo comenzó a sus veintiún años cuando por fin una editorial se fijo en él, publicando uno de sus libros, el que mas significado tenia para si mismo. El tiempo pasaba, la gente empezó a llevarse su trabajo en las librerías y siempre que salía a caminar veía una copia en alguna vidriera, se sentía orgulloso de su gran logro. Paso de ser un nadie con muchos sueños a ser un alguien reconocido viviendo lo que tanto tiempo había soñado, pero jamás se detuvo ahí siguió escribiendo sus paginas, conectando sus palabras tratando de superarse con la diferencia de que ahora lo respaldaba una editorial quienes esperaban ansiosos su nuevo trabajo para comenzar con la impresión y distribución del mismo. No se sintió presionado, estaba haciendo lo que amaba y por primera vez en su vida se sentía de verdad feliz, recordaba sus inviernos con una taza de café entre sus dedos y el vidrio empañándose mientras él escribía lo que seria su mas grande hazaña, recordaba esas primaveras recordándola a ella abrazada a su cuerpo observándolo trabajar y besándole los hombros, recordaba perfectamente el otoño cuando ella se marcho de su lado y a él solo le quedaba escribir y escribir para no pensar, esas malditas noches sin dormir con los ojos llenos de lágrimas redactanto, borrando y volviendo a redactar.
No faltaba tanto para terminarlo para terminar eso que tanto esfuerzo le había llevado y que le recordaba a  aquella chica que le preparaba el café y lo acompañaba con besos, la noticia de su próximo lanzamiento había llegado ya a sus lectores y esperaban llenos de ansias por deleitarse con otra de sus increíbles historias, él jamás dijo nada sobre el tema que abordaría esta vez, jamás se detuvo a explicar en que se había inspirado, solo les pedía que sean pacientes que pronto podrían tener ese libro en sus manos. Solitario como todo escritor, nocturno como todo pensador y melancólico como cualquier persona herida. Camino una vez mas por la ciudad cuando estaba a solo una semana de finalizarlo, vio su nombre en las vidrieras, vio personas con su primer libro sentadas bajo el árbol mas frondoso de una plaza.


Bajo la mirada y se dio cuenta que su mas grande sueño ya se había cumplido, que su momento de gloria ya había pasado y que no es algo que se repita, los sueños se cumplen una sola vez lo que sigue es mantenerse igual. Había logrado lo que todo ser un humano desea lograr, ser recordado, llegar al mundo y ser alguien, destacarse. Cuando volvió a casa se sentó frente a la misma ventana de siempre, el verano estaba cerca por lo que no pudo dibujar en el vidrio empañado como solía hacer,  escribió hasta sentir que no podía mantener los ojos abiertos y se fue a dormir con un sabor amargo pegado en la garganta, el sabor de la decepción. El ultimo día no desayuno , no almorzó ni merendó terminando su escrito, entonces cuando escribió ese ultimo punto final, ese ultimo punto que terminaría con un año de trabajo, se levanto de la mesa miro el cielo a través de su ventana, solo se quedo allí a ver como el sol se ponía en el horizonte color naranja intenso. Se dio cuenta que ya no se sentía feliz, que después de todo este tiempo su gran gloria había sido ella, quien lo acompañaba y le contagiaba alegría mezclada con ganas de continuar, pero él ya la había dejado ir, había tenido su oportunidad y como lo dije antes, los sueños se cumplen una sola vez en la vida, después ya no tienen el mismo sabor y no importa lo que hagas el sabor amargo en tu garganta se queda allí para siempre. No le importaba cuantas personas lo felicitaran, no le importaba cuantos contaban los días para poder leer algo nuevo de este escritor, no importaba el dinero, no importaba la fama, no importaba nada mas. Lo había tenido todo, pero lo había perdido por temor a no ser suficiente para esa persona, no hubo lágrimas ni sollozos, solo una mirada perdida en el horizonte que se iba apagando junto con el sol. Él escribió una dedicatoria, ‘’al amor de mi vida que se marcho lejos muy lejos de mi´´ y sin mas que agregar se marcho en una bala, se fue en un disparo con sabor amargo y para siempre.

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