Era normal verlo pasearse por las habitaciones en la noche como si vigilara a la familia y mayormente en el día desaparecía sin dejar rastro alguno. Hubo una noche en la que los padres saldrían a cenar y dejaron a una vecina jovensita cuidando al chico. Las antiguas ventanas chillaban con el viento , las ramas de los arboles rasguñaban los vidrios, era incomodo para quien no estuviese acostumbrado a esa casa, el chico se encontraba sentado junto a la chimenea jugando con su gato, mientras la joven preparaba la cena.
De repente se escucharon ruidos en el sótano como aquella primera vez y el gato velozmente bajos las escaleras a dicho lugar, el chico torpemente se levanto tras de él y en cuanto quiso darse cuenta estaba bajando las escaleras, pero como estaba demasiado oscuro volvió sobre sus pasos en busca de una linterna , pero las linternas estaban en el ático, Así que entro allí, tomo la linterna y salio lo mas rápido posible dejando la puerta abierta, ¡grave error! , volvió al sótano de inmediato y ahora si iluminando su recorrido, los ojos de su gato brillaron en color rojo en cuanto lo apunto con el foco, escucho unos pequeños golpesitos en las maderas de la escalera detrás de él , su piel se erizo , su respiración se acelero junto a su corazón. sintió a alguien cada vez mas cerca , vio algo pero prefirió salir corriendo de allí y cerrando la puerta de un golpe. Las ramas de los arboles golpeaban cada vez mas fuerte las ventanas, el viento se colaba bajo la puerta con mayor intensidad, a lo largo del pasillo se iba acercando y junto a ella el gato con sus brillantes ojos rojos. La jovencita había desaparecido y el chico estaba paralizado en el suelo mientras ese ''algo'' se aproximaba, una mujer en una silla de ruedas apareció frente a él con su gato, el gato que todas las noches vigilaba las habitaciones en realidad estaba buscando a su verdadera dueña, a la mujer que después de unos segundos empezó a levitar, con los ojos negros y una sonrisa de dientes puntiagudos tan deforme que se salían de la cara, y todo este tiempo ella había estado en el ático esperando que alguien cometiera el descuido de abrir la puerta ...
Jamas nadie supo que paso con la familia pero vecinos relatan que aveces se pueden ver siluetas en las ventanas de un niño empujando una silla de ruedas por los pasillos de la casa o incluso puede llegar a tu casa un pequeño gato negro rasguñando tu puerta.
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