sábado, 23 de junio de 2012

Los ojos de Jack


Se despertó cubierto de hojas color marrón-naranja, el otoño había llegado con el frio y el sentía como la brisa se colaba por los agujeros de sus desgastados pantalones.
Jack se sentía débil, hambriento y no paraba de temblar, luego de deshacerse de las lagañas que molestaban en sus ojos, continuo caminando en el bosque, el sabía muy bien que si esta noche no conseguía comida o un lugar cálido en donde dormir, esta seguramente sería su última noche con vida. El pequeño no sería capaz de rendirse, no esta vez, es un héroe y su corazón es gigantesco pero los días, las semanas y meses han pasado desde que él se marcho de casa.
Suele buscar calor entre los árboles, solo quiere  sentirse protegido en las noches, aunque un árbol no te abraza ni te da las buenas noches, un árbol es un ser egoísta que solo vive para sí mismo, que solo está ahí para crecer y superar a cualquier otro. Pero Jack no lo sabe y en otoño cuando las hojas ya regaron el suelo, se pueden  los cadáveres colgados en las ramas y últimamente en este bosque se le haría difícil a cualquiera encontrar un árbol vacio para morir, quien diría que un niño de apenas diez años de vida  sea capaz de presenciar tantas muertes sin volverse un trastornado. Una noche de invierno. Jack vio a un chico poco mayor que el arrojarse al lago sin salir de allí nunca jamás.
Jack pregunto a su madre preocupada, ¿Por qué sucedían esas cosas?, ¿Por qué la gente no quería vivir? Y su madre respondió ‘’algunas personas se cansan de luchar contra sí mismas, son como los arboles que solo viven para sí, por eso al ahorcarse eligen un árbol al cual acompañar por toda la eternidad’’
El pequeño con las mejillas enrojecidas cayó de rodillas frente a roble más grande que jamás había visto y allí no había nadie en las ramas, Jack sonrió y se levanto de inmediato, por un momento se sintió lleno de vía ya que había encontrado la fortaleza de la princesa Medusa, mucha gente se pierde en el bosque intentando encontrar dicho lugar y según cuenta la leyenda la princesa es la mujer más bellas capaz de conceder inmortalidad a quien la encontrara. Sin pensarlo dos veces el pequeño se adentro a pesar del miedo que invadía su cuerpo. La fortaleza estaba cubierta de sangre y el aroma a putrefacción  dominaba el lugar, cuando Jack empezó a arrepentirse por entrar aquella mazmorra  la vio allí, en un trono, una muchacha esquelética cubierta de sangre, sin fuerzas siquiera para levantar la cabeza. Nadie podría imaginarse la tortura que esta dama había tenido que soportar encadenada a ese trono de la muerte. El se acerco a ella y asustado intento despertarla, cuando estuvo a  punto de tocar las cadenas para liberarla, la princesa elevo su cara y le grito, provocando que Jack cayera al suelo atemorizado – soy medusa la princesa de la vida, puedo volver inmortal a aquel que se atreva a beber mi sangre pero si acaso pensabas liberar mi cuerpo de este trono maldito entonces deberás tomar mi lugar por toda la eternidad- el chico  volvió a levantarse, sintió angustia por ver a esa chica  en semejante agonía  y aunque sintiera la necesidad de ayudarla, el debía volver cuanto antes a casa con un antídoto para su madre enferma.
Jack se afirmo y dijo –necesito tu sangre para sanar a mi madre- Medusa lo vio  y una lagrima negra y espesa  resbalo por su esquelética mejilla – estoy agonizando y mi sangre ya no servirá- le dijo,- pero podes beberla  y te prometo que ya jamás sentirás hambre ni sentirás frio- Jack se desilusionó, su viaje hasta aquí habrá sido en vano ya que la princesa de la vida estaba muriendo y cuando estaba a punto de bajar los brazos ella le explico que más adelante en el bosque quemado vivía su hermana Eris y ella le concedería ese deseo que el tanto anhelaba. Jack con mucha inseguridad acepto beber su sangre, Medusa señalo un cuchillo y pidió ser degollada por el joven, allí entre entre esas cuatro paredes machadas con sangre  y putrefacción Jack tomo el cuchillo en sus manos y recordó el día cuando junto con su vecino poco mayor que el veían al padre del mismo tomar a los cuervos de su huerta y con una navaja degollarlos, recordó cómo se agitaban de un lado a otro,  como aleteaban queriendo huir y finalmente caer al suelo muertos. El niño se acerco a la princesa  y en el momento en que el helado filo de ese cuchillo de deslizo sobre la piel de ella, susurro-  bebe mi sangre- el pulso de ese chico temblaba como si su ropa  estuviese cubierta de hielo, los ojos se le llenaron de lagrimas, medusa soporto el dolor mientras el pequeño cortaba su débil hilo de vida. Sin desatar el cadáver de la princesa y con las manos llenas de sangre se marcho. En la noche los arboles se pintaban en color negro y el viento sacudía sus ramas, pero Jack no sentía frio, no tenía hambre.
Había escuchado muchas historias sobre el bosque quemado más conocido como ‘’ el valle de los muertos’’ donde los hombres peleaban contra espectros creados por sus propios deseos y nadie jamás había vencido. Sus cuerpos sin vida yacían en el suelo y sus cráneos abiertos a la mitad como nueces, pero Jack es un niño, un niño incapaz de luchar pero a pesar de ello había decidido entrar al valle de los muertos. El chico escucho gritos de auxilio y aunque tenía las piernas cubiertas de lodo corrió lo más rápido que pudo hacia su encuentro. Se detuvo al ver a un anciano tirado contra un árbol, casi sin fuerzas, el viejo señalaba algo y unos metros más adelante el joven vio una botella que contenía el antídoto, el mismo que podría sanar a su madre, ese viejo lo necesitaba para vivir pero la madre de Jack es mucho más joven y le quedan más cosas por vivir que al viejo ese  además, Jack no tenía a nadie más en este mundo ¿Qué debería hacer?
El chico recogió la botella del suelo y miro fijamente al viejo, después se acerco a él y lo ayudo a beber el antídoto, todo, hasta la última gota. El hombre se puso de pie y desapareció ante sus ojos en la oscuridad de la noche, Jack se sintió totalmente devastado, se trago las lagrimas y sin decir nada siguió su camino hasta hallar un sendero, que siguió con esperanza de que lo llevara hasta Eris, el viento ceso y los cadáveres mutilados dejaron de aparecer en el camino y ante el, el castillo  de Eris, el se apresuro, sus energías regresaron a su cuerpo, el chico habría sido el primero en atravesar el valle de los muertos. Eris radiante y jovial estaba sentado en un trono de madera negra cubierto de cráneos. ‘’un chico el primero en llegar a mi castillo y con la ropa harapienta, cubierto de lodo’’ Jack no lo dudo y le explico todo lo que había ocurrido, con el fin de sanar a su madre, la princesa sorprendida se levanto y sonrió ‘’pudiste pasar por la trampa que te puse pero no puedo cumplir tu deseo así como así, soy la princesa de la muerte, y voy a llevarme algo tuyo para cumplir eso que tanto anhelas’’.
Eris le pidió a Jack sus ojos, ya que los ojos de este habían visto más muertes que los ojos de cualquier otra persona, Jack no se detuvo a pensarlo y ante el apareció un cofre, que contenía una cuchara, entonces Jack sostuvo esa cuchara de plata ante él y luego arranco de su rostro ambos ojos, mientras que la princesa lo observaba impaciente de poseerlos. Ella finalmente le concedió la inmortalidad a la madre de Jack y le pregunto al joven ¿Cómo te has atrevido a semejante atrocidad,  sabiendo que nunca mas volverás a ver? Y Jack le respondió que con sus ojos lo único que veía en este mundo eran muertes tras muertes y que no los necesitaba porque él podía ver con el corazón.

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